Aunque el bingo es un juego totalmente aleatorio y basado en el azar, por lo que no hay forma de saber cuáles serán los números cantados, sí podemos acercarnos a la probabilidad y la estadística para aumentar nuestras probabilidades de ganar al bingo.
La probabilidad y la estadística son dos disciplinas basadas en el cálculo de núemeros, y sus conceptos son, por tanto, aplicables a cualquier juego basado en ellos. Granville, un profesor de economía, realizó algunos estudios sobre el bingo, que arrojaron la siguiente conclusión:
En un universo lo suficientemente grande de bolas de bingo cantadas habrá:
- La misma cantidad de números que terminen en 1, 2, 3, 4, etc.
- La misma cantidad de números pares que impares
- La misma cantidad de números altos que bajos
La teoría de Granville se complementa con la del matemático L. Tippett, según el cual «a medida que se incrementa el tamaño de una muestra aleatoria, éste da un resultado que se acerca cada vez más al valor de la población».
Aplicado al bingo, eso quiere decir que en un bingo cuya población es de 75 bolas, el promedio total de los números entre 1 y 75 es 38 (la mediana), lo que significa que llegando a los 38 números cantados, alguien cantará el bingo.
Sabiendo esto, podemos mejorar nuestras posiblidades de ganar teniendo en cuenta:
- comprar cartones en los que los números abarquen la mayor cantidad de terminaciones posibles.
- tratar de que la cantidad de números pares e impares sea pareja.
- tratar de que exista equilibrio entre los números altos y bajos.
Si unimos esto a una mayor variedad en los cartones, más probabilidades tendremos de acercarnos a la mediana de la población de números (38, en el caso del bingo de 75 bolas).
Por supuesto, esto no garantiza que ganaremos en el bingo, ya que el universo real de números del que hablan ambos matemáticos es mucho mayor que el que podemos abarcar con unos cuantos cartones, pero podemos reducir las probabilidades en contra.